Nuestra Diócesis
La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del Carmen, es decir a la que desde tiempos remotos se venera en el Carmelo. Nuestra Diócesis, la ha acogido cómo patrona, conoce la historia de su devoción.
Nuestro escudo diocesano es la síntesis de la realidad pastoral de todas las personas que viven dentro del territorio de la diócesis.
La Catedral de Nuestra Señora del Carmen, es la sede principal de nuestra Diócesis, gracias a que en esta Parroquia está la sede principal del obispo que toma como nombre "Catedra del obispo"
La acción pastoral es un proceso de participación y compromiso en el cual la diócesis se define como comunidad de fe que peregrina en Guasdualito
“La llanura es bella y terrible, a la vez; en ella caben holgadamente, hermosa vida y muerte atroz” (Rómulo Gallegos)
Reseña Histórica
El 7 de junio de 1954 la entonces Diócesis de Calabozo, junto con la Diócesis de San Cristóbal, ceden parte de sus territorios para la erección de la prelatura de San Fernando en Apure. Luego de veinte años de trayectoria, el Papa Pablo VI, erige canónicamente la diócesis de San Fernando de Apure el 12 de noviembre. En esta diócesis viven como obispos residenciales Mons. Angel Adolfo Polachini Rodriguez, Mons. Roberto Antonio Dávila Uzcátegui, Mons. Mariano José Parra Sandoval y Mons. Víctor Manuel Pérez Rojas que fallece el 12 de noviembre de 2009.
En manos todavía de Mons. Víctor Manuel Pérez Rojas, el Papa Francisco por medio de la bula Ad Aptius Consulendum expedida el 3 de diciembre de 2015, crea canónicamente la Dioecesis Guasdualitanus, como la nueva Diócesis en el territorio de Guasdualito, desmembrándose parte del territorio de la diócesis de Barinas y de San Fernando.
Luego de varios años en los que la inmensa llanura de más de unos siete mil kilómetros cuadrados era testigo del rico aporte evangelizador iniciado por los padres Dominicos, finalmente se logró dar carta de ciudadanía eclesiástica a esa porción del Pueblo de Dios.
Aunque fue a partir del año dos mil uno, cuando se sentaron las bases de la Iglesia altoapureña con el trabajo de la compañía de Jesús
Johnny Veramendi